Si me faltan puntos de referencia, me siento perdido y esa sensación no es nada agradable.

La cuestión es ¿cómo llego a esa situación?

Puede que a través de circunstancias personales, sea la maternidad, sea un cambio social tras una pandemia…sea lo que sea. Lo que solíamos hacer en nuestra rutina habitual, de repente desaparece. Puede que haya sido lentamente el cambio, o de forma inevitable, pero no nos hemos dado cuenta. El instinto de supervivencia o el propio atender las demandas de esa nueva etapa han hecho que no tomemos conciencia de nosotros mismos, de nuestras emociones.

Dejar de practicar un hobby, dejar de aprender algo nuevo, dejar de ver a los amigos habituales, dejar de tener un tiempo para ti,…

Sea como sea, te levantas una mañana y no te sientes cómod@ dentro de ti. Hay un bloqueo, un desasosiego, ansiedad, angustia o desconexión…

Dificultad para tomar la iniciativa porque no dejan de pasar cosas una y otra vez, y una frase que te viene a la mente “esto va a ser así siempre…?”

Has perdido tus puntos de referencia.

Aquellas pequeñas cosas que te daban la tranquilidad, la seguridad y la confianza de que todo estaba bien. Porque al final podemos tener ese gran objetivo, meta, destino de que hago lo que he venido a hacer aquí…

Pero si pierdo las pequeñas referencias de lo que soy… ¿qué pasa?

Si el camino se vuelve desagradable y no hay espacio para parar, descansar, disfrutar de las vistas y solo es deber y atender demandas de unos y de otros. ¿Qué te queda?

Hay espacio para replantearse seguir la ruta que uno se planteó hace 5 años, o aunque sean 3…?

¿Hay espacio para respirar y decir hoy no estoy para nadie, porque necesito tomarme un descanso y volver a ordenarme para atender mi mente, mi cuerpo?

¿Hay espacio para cuestionarse cambiar esas rutinas e incorporar nuevas más de acorde a la nueva persona que eres en este presente?

Para valorar quien suma y quien resta, que suma y que resta en tu vida.

¿Cuántas horas del día, cuantos minutos hay espacio para realmente hacer algo que te haga sentir bien?

¿Cuántos puntos de referencia has perdido en tu vida y cuantos nuevos has incorporado para equilibrar la balanza?

Sale saldo positivo o saldo negativo… ahí tienes la respuesta.

Ana Calderón,

Astróloga Psicológica y Terapeuta Gestalt