Ponme un me gusta! Esa es la frase que está en la cabeza de los que usan el último de los mecanismos neuróticos.

Le llamamos proflexión, y digamos que está más presente en la sociedad de lo que pudiéramos imaginar.

Cuando importa más la popularidad que la profundidad o el resultado más que el proceso. Tienes más números de ser un futuro candidato neurótico proflector.

O sino…¿Conoces a algún amigo tuyo que se dedica a poner me gusta a artículos tuyos que ni siquiera se ha leído?

Es tan fácil como ver si le ha puesto un me gusta a algo que acabas de poner. No han pasado ni 30 segundos y ya está el me gusta.

Pero vamos a ver, si yo sé que el artículo es largo y mínimo tardas 3 minutos en leerlo… ¿Cómo es posible que ya esté el me gusta?

Si ni siquiera lo pensaste, o no te parece un problema eso, puede que tú también uses la proflexión. Y entre neuróticos ya se entiende la gente ¿no?

Vamos a ver más de cerca ¿en qué consiste esto de la proflexión?

Digamos que hago al otro lo que me gustaría que el otro me hiciese a mi. Es una forma de manipulación seductora, y una combinación entre otros 2 mecanismos neuróticos: proyección y retroflexión.

Para verlo un poquito más claro aquí os dejamos con una escena de lo más cotidiana de un proflector…

Ana Calderón, Terapeuta Gestalt y Astróloga Psicológica

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