Sentir estrés y ansiedad. O bien estar desbordado, atrapado en una vorágine sin saber como parar.

Todo ello tiene un origen. Cuando dejamos de escuchar nuestro cuerpo y nuestros biorritmos.

¿Te has preguntado cuando tienes mayor capacidad de concentración, de trabajo?

¿Eres diurno o nocturno? ¿Necesitas un horario pautado o libertad para poder improvisar?

El problema empieza en el momento que dejamos que el ritmo y la velocidad se impongan desde el exterior. Sin ni siquiera conocernos.

¿Y qué sucede? Que seguramente nos veamos yendo a una velocidad muy distinta a la nuestra. Sea porque ese entorno va a un ritmo mayor al tuyo, como que sea al contrario.

Si no se toma conciencia de ese desgaste acabará por destruirnos, por intentar encajar en un molde que no somos nosotros.

Lo que puede iniciarse como una sensación de “depresión”, seguramente lo que esconde es un enfado por no hacernos amos de nuestra vida.

El dejar de reclamar fuera lo que quiero, darme cuenta de quién soy y donde mis cualidades son valoradas. Es el inicio para empezar a atacar el problema.

Todos formamos parte de un puzle ¿sabes dónde encajas?

Ana Calderón, Terapeuta Gestalt y Astróloga Psicológica

*Consulta terapéutica (más información)

*Consulta online (clica aquí)

*Contacta: ana@ciclolunar.com