El Temperamento es nuestra esencia, es algo innato, no es modificable, ni controlable.

Ya en la antigüedad el médico griego Hipócrates, alrededor de los siglos V y IV a. C.  mencionó la existencia de 4 elementos. Defendió la idea de que el cuerpo humano estaba formado por 4 sustancias básicas, también llamadas humores:

  • Sangre
  • Flema
  • Bilis amarilla
  • Bilis negra

Él consideraba que todas esas substancias deberían encontrarse en equilibrio en nuestro organismo para estar sanos, y que si existía una descompensación, produciría enfermedades.

Más tarde, en el siglo II a.C. Galeno de Pérgamo transformó aquella teoría de los humores en una teoría de los temperamentos básicos.

*De la sangre derivó el Temperamento sanguíneo. Que asociamos en astrología al elemento AIRE. Personas rápidas y vivaces, y que su ánimo sufría oscilaciones entre la euforia, el entusiasmo y la tristeza. 

*De la flema derivó el Temperamento flemático o linfático. Asociado al elemento TIERRA.  Personas lentas y débiles, frías e impasibles. 

*De la bilis amarilla, el Temperamento colérico. Asociado al FUEGO.  Personas propensas a las explosiones coléricas.

*De la bilis negra, el Temperamento melancólico. Asociado al AGUA. Personas fuertes y lentas. Que estaban inclinadas a la depresión. 

Si tomamos conciencia de esta teoría podríamos comprobar que guarda relación con la descompensación por exceso de un elemento concreto en nuestra carta astral.

El Carácter sin embargo es lo adquirido, es una mezcla entre el temperamento y los hábitos adquiridos y aprendidos a través de la educación, la cultura, diferentes experiencias y el entorno del individuo.

La Personalidad, nos hablaría de la máscara. En astrología lo asociamos al Ascendente. Lo que una persona quiere que los demás vean, o bien ven de si mismo. Ya que a veces la persona no es consciente de esa máscara.

Conoces tu temperamento? Y tu máscara? Informes y Contacto

Ana Calderón, Astróloga Psicológica y Terapeuta Gestalt